lunes, 27 de febrero de 2012

Sola y sin querer dormir...

El sol se fue, desapareció. Por varios días las nubes se adueñaron del cielo y los momentos de playa debieron postergarse. Muchos decaen cuando esto les pasa a mitad de las vacaciones de verano en la costa, no es mi caso.
Unos días antes de las lluvias que según anunciaban en la radio se prolongarían, fui a la librería y compré 3 libros. Soy de esas que comienza varios a la vez y resulta difícil saber cuando se terminará la lectura con tantas y diversas iniciadas.




Tras la inundación carpera, nos tuvimos que rendir a continuar en la onda campestre y aceptar las pequeñas y cómodas instalaciones que, podríamos haber utilizado desde un comienzo y no quisimos, por un momento me sentí derrotada. Nos fue para tanto.

Él dormía y yo, como una nenita que se niega a entregarle un minuto a la siesta, buscaba que hacer. Las prendas secas escaseaban así que andar bajo la lluvia no era una opción.
Decisión mediante, tomé un libro y me senté en una reposera muy incomoda que dudo me separase por más de 2 centímetros del piso. Leí por un buen rato hasta que algo, no se que, me detuvo la mirada en las chapas de un techo vecino.




Cámara en mano y atrapada en un espacio de 2x2 mtrs, me dispuse a tratar de encontrar una imagen que alimente mis ojos y mi alma.
Ha pasado más de un año de ese día que quedará en mi memoria tan solo por el placer que me causó la soledad de la siesta lluviosa, entre mates, hojas y búsqueda de imágenes.

Hoy me levanté con ganas de cambiar algo, el mundo sería mucho para un primer paso. Arrancá con algo más chico me dije. Nos soy de las chicas que se cortan el pelo o se lo cambian de color. Tampoco salgo de compras (no puedo seguir enumerando las cosas que hacen las mujeres cuando hay algo en sus días que deban cambiar por que sí) simplemente por que no conozco que hacen.



Entré al blog y me dije, hay que cambiar la cabecera! Y si, si no me cambió el color de pelo, se lo debo cambiar a alguien. Para eso, me remonté hasta ese día, del que ha pasado más de un año, por que la nueva cara de este espacio nació allí, producto de la lluvia, de la no siesta y de ese algo que no se por que, hizo que dejara de leer.

La cajita soy yo, me dije. Sola, bajo la lluvia, sin querer dormir aun, llena de cosas ocultas, llena de cosas visibles. Después de retocar mi lugarcito: tomé una decisión importante para estos días, también tomé un café.







2 comentarios:

Anónimo dijo...

No soy una persona de muchos cambios, pero se que es importante renovarse, asi que te apouo en esta nueva cara del blog,

un besito
... caralavada

Natys! dijo...

Me ha cambiado también el cuadro de comentarios y no me había dado cuenta...señal de que a veces uno cambia las cosas o las cosas lo cambian a uno.

Anónimo: venga que yo lo ayudo a renovarse =P