martes, 27 de enero de 2009

¿Cuál es la verdad?


El enviado de Dios


La jóven debía levantarse a las 9am para ir a su trabajo.
Debido a que se durmió con el celular en la mano, este se
cayó de su cama y se apagó.
A las 11 en punto sonó el timbre de su casa.
Ella se levantó corriendo y abrió una pequeña ventana
que tiene la puerte del frente.
Era un Testigo de Jehová ofreciendo folletos con textos,
esos que han de convencerte para que te conviertas a su
religión
La jóven lo observo fijamente, y el chico se dió cuenta que ella estaba
durmiendo, a lo que exclamó:_perdón, estabas durmiendo y yo
te desperté, sólo te dejo esto y continuá durmiendo.
El folleto decía "¿Cuál es la verdad?"
La chica volvió malumorada a su cuarto, lo primero que
hizo fue buscar su telefono para ver la hora.
Rapidamente se vistió, tomó su bicicleta y partió
rumbo a su trabajo, al cual estaba llegando tarde.


Moraleja:

No eches con desprecio a los jehová de tu casa
siempre pueden despertarte para ir a trabajar

lunes, 26 de enero de 2009

'Un mate y un amor...'

El mate no es una bebida. Bueno, sí. Es un líquido y entra por la boca. Pero no es una bebida. En este país nadie toma mate porque tenga sed. Es más bien una costumbre, como rascarse. El mate es exactamente lo contrario que la televisión: te hace conversar si estás con alguien, y te hace pensar cuando estás solo. Cuando llega alguien a tu casa la primera frase es 'hola' y la segunda '¿unos mates?'. Esto pasa en todas las casas. En la de los ricos y en la de los pobres. Pasa entre mujeres charlatanas y chismosas, y pasa entre hombres serios o inmaduros. Pasa entre los viejos de un geriátrico y entre los adolescentes mientras estudian o se drogan. Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse en cara. Peronistas y radicales ceban mate sin preguntar. En verano y en invierno. Es lo único en lo que nos parecemos las víctimas y los verdugos; los buenos y los malos. Cuando tenés un hijo, le empezás a dar mate cuando te pide. Se lo das tibiecito, con mucha azúcar, y se sienten grandes. Sentís un orgullo enorme cuando un esquenuncito de tu sangre empieza a chupar mate. Se te sale el corazón del cuerpo. Después ellos, con los años, elegirán si tomarlo amargo, dulce, muy caliente, tereré, con cáscara de naranja, con yuyos, con un chorrito de limón. Cuando conocés a alguien por primera vez, te tomás unos mates. La gente pregunta, cuando no hay confianza: '¿Dulce o amargo?'. El otro responde: 'Como tomes vos'. Los teclados de Argentina tienen las letras llenas de yerba. La yerba es lo único que hay siempre, en todas las casas. Siempre. Con inflación, con hambre, con militares, con democracia, con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas. Y si un día no hay yerba, un vecino tiene y te da. La yerba no se le niega a nadie. Éste es el único país del mundo en donde la decisión de dejar de ser un chico y empezar a ser un hombre ocurre un día en particular. Nada de pantalones largos, circuncisión, universidad o vivir lejos de los padres. Acá empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez unos mates, solos. No es casualidad. No es porque sí. El día que un chico pone la pava al fuego y toma su primer mate sin que haya nadie en casa, en ese minuto, es que ha descubierto que tiene alma. O está muerto de miedo, o está muerto de amor, o algo: pero no es un día cualquiera. Ninguno de nosotros nos acordamos del día en que tomamos por primera vez un mate solo. Pero debe haber sido un día importante para cada uno. Por adentro hay revoluciones. El sencillo mate es nada más y nada menos que una demostración de valores...Es la solidaridad de bancar esos mates lavados porque la charla es buena. La charla, no el mate. Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar, vos hablás mientras el otro toma y es la sinceridad para decir: ¡Basta, cambiá la yerba!'. Es el compañerismo hecho momento. Es la sensibilidad al agua hirviendo. Es el cariño para preguntar, estúpidamente, '¿está caliente, no?'. Es la modestia de quien ceba el mejor mate. Es la generosidad de dar hasta el final. Es la hospitalidad de la invitación. Es la justicia de uno por uno. Es la obligación de decir 'gracias', al menos una vez al día. Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones que compartir. ¿TE SENTISTE INCLUÍDO?..Compartilo entonces con quienes alguna vez tomaste un mate.


Lalo Mir en el programa 'Lalo Bla Bla' Radio Mitre (ARGENTINA)

*no suelo publicar textualmente cosas que leo en Internet, pero esto no me puede faltar.

viernes, 9 de enero de 2009

Si no me gusta, no me gusta

En el hospital de mi ciudad no habrá un medico
clinico para atender al público durante casi CINCO días.




Y la mala soy yo???

lunes, 5 de enero de 2009

Melchor, Gaspar y VaSaltar!!!!

A ver,
-tengo los zapatitos listos y lustrados
-ya corté pastito y lo puse en tres platitos
-puse el despertador a la media noche, para poder verlos
-estos no exigen que me porte bien
-mmmmmm listo.


No se asuste, este es el artículo mamón del día

Voy a ver a los reyes magoooooooooooooooooossss!!!

wiiiiiiiiiiiiiiiiiii

desde la redacción del periodico me envian a que cubra la bajada de los reyes magos a unas cuadras de mi casa, me siento bien! y yo tambien!
Odio a Papa Noel, gordo vendido de coca cPIIIIIIIIIIIIIII, pero a los reyes nuuuu

viernes, 2 de enero de 2009

Mis felicitaciones a mi...

Hace dos años que me estoy preguntando si esta es la carrera que tendría que haber elegido,

Hace dos años que cada noche que no duermo me pregunto por que tampoco estudio mis libros,

Hace dos años que me lamento y me felicito al mismo tiempo por haberme ido de casa,

Hace dos años no sabía que hacer con mi vida y pensé que la mejor opción era elegir algo y ponerme a estudiar,

Hace dos años que mi paisaje se vistió de cemento y me mudé una ciudad más grande donde no conozco gente,

Hace dos años no hubiera imaginado como iba a recibir este año, por que el 2009 me recibió con sorpresas,

Hace dos años que me hubiera convertido en el grinch como de costumbre y hubiera repudiado cada brindis,

Ahora reflexionando en esto, y pensando que dos años fue hace mucho tiempo,

puedo afirmar otra cosita.

Hace dos años no hubiera imaginado estar sentada en una redacción escribiendo artículos para un periódico…