viernes, 16 de septiembre de 2011

“Antes bajaba la mirada pero a esta Carolina no la van a derribar”

Se levantó de la derrota para dar batalla y con su fuerza de voluntad está ganando la guerra.


Caminan, corren, gritan, vienen y van los miles de extraños que deambulan las veredas y calles todos los días. No se miran, no se sienten . Autos, motos, bicicletas y muchos pies. Se cruzan de costado, se rozan, se huelen pero no se ven.

Carolina Martínez tiene 39 años y su vida no ha sido fácil por eso no es una más, lucha por la igualdad, su identidad y sus derechos, ella es una chica trans. Es adoptada, se crió en un pueblo salteño con otro cuerpo, fue víctima de abuso, decidió ir a la Capital, fue trabajadora sexual y las vueltas del destino la trajeron hace 21 años hasta acá para cumplir con su misión. Hoy es coordinadora de ATTTA Bahía Blanca, Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de la Argentina, trabaja en una oficina en el Mercado Municipal ayudando a sus pares, lo hace ad honorem pero ella no se fija demasiado en eso. Mientras bebe café en un bar del centro, de muy buena gana se predispone a contar como es su realidad.



Una mujer que va al frente

_¿Por qué decidiste ser la voz de muchas y muchos?

Eso no se elige, creo que eso se siente. Estaba muy escondido en mí, lo tuve reprimido mucho tiempo. Fui una trabajadora sexual y cuando me junté tuve que esconder a Carolina para vivir en un edificio, en pleno centro y siendo lo que la sociedad quería que yo sea, retrocedí y volví a ver en el espejo aquella personita que llegó con el pelo corto como un varoncito. En el 2005 me diagnostican una linfangitis en el muslo inferior derecho que casi me amputan la pierna, por el tema de la infiltración de siliconas y ahí fue el primer impacto en mi cabeza. Hace dos años casi, me llamó mi mamá y me dijo mataron a Mariana una amiga de Salta que la comieron los animales, la tiraron en un descampado y tenia como 30 puñaladas.

Me conecto a Internet, veo a ATTTA y mando un mail contando lo que había pasado y me dijeron que era bueno que me haya comunicado. Pasaron unos días y me dicen, estas invitada a un congreso donde se va a presentar la ley de identidad de género y nos gustaría que hagas una actividad en Bahía. Hice la primera marcha acá por el matrimonio igualitario en apoyo a la ley y fueron casi 100 personas, impensado en Bahía, dije que se iba aprobar la ley y se aprobó y así también estoy anunciando la ley de identidad.

En la oficina que se logró tener acá por decreto, en el Mercado Municipal, Donado 151 entrepiso oficina 9, atendemos martes y jueves de 16.30 a 19.30 donde se provee preservativos a las compañeras, folletería, si alguna tiene problemas que venga, si tiene que ir al hospital se llama, hacemos pequeñas gestiones que ayudan, no fomentamos el trabajo sexual pero el riesgo por estar ejerciendo está, más vale ayudar a prevenir, por ahí nos dicen fomentan el trabajo sexual por entregar preservativo, pero bueno es por la salud. Si yo tengo una compañera que no tiene trabajo pero subsiste atendiendo un cliente prefiero que use preservativo.

_¿Cómo fue tu transformación física e interior?

La transformación física fue rápida por que fue inyectarme la silicona y a los tres días ya tenía el cuerpo femenino que me demandaban en aquel momento para el trabajo sexual. De mi cambio interior me sentía segura cuando trabajaba, pero cuando deje el trabajo sexual me empecé a sentir insegura, empecé a sentir rechazo, miedo y volví a sentir que no encajaba en sociedad y que si yo no escondía a Carolina no iba a llevar una vida digna, creyendo que solamente se es digno siendo lo que la sociedad quiere. Mucha gente me cuestionó, pero creo que si no hubiera escondido a esa Carolina hoy por hoy no sería esta Carolina nueva.


_¿Cuál es tu mayor logro como militante?

Mi logro más grande es el reconocimiento de la gente y principalmente sentirme segura de mi misma y no bajarle la mirada a nadie, antes si la bajaba y no sentía vergüenza, sentía pudor, de mostrar quien era yo. Y hoy estoy orgullosa, feliz, plena y entera más allá de mis problemas personales. Hoy soy yo, soy Carolina y a esta Carolina no a van a derribar.


_¿Qué cambia si se aprueba la Ley de Identidad de Género?

La ley va a mejorar nuestra calidad de vida pero no la va a cambiar, y lo que nosotras podemos llegar a sentir es solamente un amparo legal, el documento va a decir el nombre y el género que manifestamos pero muy dentro de la sociedad van a seguir existiendo personas homofobicas y transfobicas. Le tienen miedo a lo desconocido, la gente está acostumbrada a ver en la tele pero no es lo mismo. Yo voy a comer a restaurantes, voy al teatro y jamás me dijeron que no, también pueden llegar a creer que si lo hacen voy a llamar a los medios y voy a decir que me discriminaron, yo soy una militante que trabaja de otra manera, toda mi gestión, todo mi trabajo, todo lo que logré, lo logré yendo y dando la cara, persona a persona, diciendo mirá vengo con esta propuesta y si me dicen no, listo, muchas gracias y hasta luego. Yo primero voy como Carolina, nada de enviar notas, voy y permitite conocerme y permitite ver cual es mi trabajo.




Exclusión y prejuicios

_¿Cuándo se sufre más la discriminación?

Cuando se da el primer proceso de socialización que es la escolarización, empezás a interactuar con tus compañeritos y sentís que no encajas con los varones por que no te gustan ciertos juegos o ciertas actitudes y cuando te acercas a las nenas por ahí al principio jugás pero después también te terminan sacando, llaman al psicopedagogo y llaman a tus padres, vienen los por que, que hice yo, por que tuvo que ser así, y con la corta edad que uno tiene no entiende. Mirarte en el espejo y no reflejar lo que queres ver. La exclusión que marca la vida de una persona trans es la familia, a raíz de que no encajás tampoco en tu casa por que notas que la familia está molesta por que sos diferente. Cuando quiero buscar trabajo y verme de manera femenina como yo me siento identificada, plena y cómoda, ahí tenes el otro rechazo, y ni hablar de la justicia, la vivienda y la salud. Vos imaginate que nosotras estamos acostumbradas al no, no al trabajo, no a la salud, no a la vivienda, no a la familia, es un no a todo, entonces llega un momento en que bajás los brazos y surge ese resentimiento con la gente, con la sociedad, y ahí te encerrás en ese mundo de solamente sexo y dinero.

_¿Por qué crees que algunos vinculan el abuso sexual con la homosexualidad?

Hay una realidad, yo me sentí diferente, sabía que tenía una inclinación diferente no sabía lo que realmente era pero lo sentía y después una persona abusó de mí y se aprovechó de mi inocencia. Cuando entré a la secundaria una persona me hizo entender que yo no era culpable. Que de mi hayan abusando sexualmente no quiere decir que por eso soy una persona trans, no influyó en mi orientación. Por que no hay una elección, es una orientación, un emerger, mi elección fue manifestarme. Yo a los doce años le robé la tanga a mi prima hermana y me ponía la ropa y así también me comía palizas.


_¿Hay personas que discriminan más que otras?

Los hombres que nos consumen. A mi me pasó de ir a buscar trabajo con mi título y el tipo me dijo que no me podía dar el trabajo por que yo era una persona se riesgo, como que podía tener VIH, y que iba a decir la clienta que me veía a mi trabajando en el negocio, no iban a venir más. Pero ese mismo tipo pasado el tiempo; yo estaba ejerciendo el trabajo sexual, un cliente paró y lo reconocí, me dijo vamos, y le dije el servicio es con preservativo y me dijo no, sin preservativo, entonces le conteste, menos mal que la persona de riesgo era yo. Sabes, yo me amo, amo mi vida y mi salud, siempre que trabajo cuido a la persona, en este momento te estaría cuidando a vos y a tu familia y le dije quien era yo, el tipo se agarraba la cabeza por que nunca se imaginó quien era. Le dije que no hacia el servicio que se busque otra persona que lo haga sin preservativo y se fue.


Ella y la ciudad

_¿Cómo viste la respuesta de los bahienses al pedido de firmas en apoyo a la ley por el derecho a la identidad?

En un porcentaje muy grande noto el cambio, noto el apoyo. Siempre somos las mismas personas que estamos trabajando y el apoyo de la gente es impensado, yo antes no hubiera imaginado que una mujer de casi ochenta años se acerque y diga quiero firmar por la ley de identidad de género para que también les den los DNI por que si se lo dieron a Florencia (Flor de la V) como no se los van a dar a ustedes dijo la abuela y firmó, tengo las fotos en el FACE.


_¿Crees que la ley de matrimonio igualitario ayudó?

Si pero también ayudó a confundir, mucha gente dice que ya tenemos la ley, entonces les explicamos que no, que tenemos matrimonio para personas del mismo sexo. Y que les dieron a Florencia y Alejandro el de Gran Hermano por un amparo que gestionamos desde ATTTA y La Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT) y se les otorgó de manera judicial, nosotras y nosotros en el proyecto de la Ley de Identidad de Género lo que estamos pidiendo es que sea vía administrativa.


_¿Qué sucede a la hora de buscar trabajo?

Te vieron, les diste el currículum y no alcanzaste a salir a la puerta que ya lo tiraron al tacho de basura, olvidate por que ni lo leyeron. Casi todas pasamos por el trabajo sexual, pero algunas dejaron y trabajan ad honorem, así todos te reciben te usan dos o tres meses y te largan, a mi me pasó de trabajar en una rotiseria, en una peluquería, ir a hacer la prueba y después me decían que se habían quejado las clientas por que yo tenía pechos, siendo que las clientas esperaban para que yo las atienda. Yo no trabajé, sino que regalé mi trabajo.


_¿Cómo es tu relación con los medios bahienses?

Bien, con todos los canales de aire y de cable la mejor, con la mayoría de las radios la mejor. No tengo problemas. A mi siempre me llamaron y me dijeron Caro necesito que vengas al programa por la ley, por un corto que se presentó, por el matrimonio, y he ido a pila de programas y siempre un respeto total. Realmente no tengo problemas, el recibimiento, el apoyo y la forma en que se expresan los medios hacia mi persona y mi trabajo más que satisfecha y no es por querer quedar bien, no tengo problemas, pero tampoco doy de que hablar. Por que si yo voy a bailar y termino alcoholizada y rompo una vidriera termino en primera plana, pero no es el ritmo de vida que llevo, entonces no doy que hablar. Obvio que cuando voy a bailar los fines de semana todas nos producimos, nos tuneamos y nos ponemos lo mas lindas posibles y salimos a reventar la noche, pero también tengo mi postura y se cual es mi lugar.


_¿Qué le dirías al que hoy sufre lo que vos sufriste?

Primero le diría a la familia. Por que muchas veces están en una reunión familiar y hablando discriminan: el gay, el maricón, la torta y por ahí en ese circulo hay una persona que no puede manifestar lo que siente, que no es feliz. Cuando yo le dije a mi mamá me dijo que ya sabia, lo intuía. La famita tiene que aceptar como es cada uno. A esa persona le diría que de apoco trate de salir y que no tenga miedo de manifestarse como es, que muchas puertas se van a cerrar y por ahí no hay tantas opciones como se pretende, pero ya está cambiando y lo estamos haciendo entre todos, que vale la pena ser autentica. Yo creo que cada uno tiene derecho a ser lo que quiere ser, y sentir lo que siente realmente.


Carolina entiende que cuando se ama de verdad solo se puede estar con una persona, dice que a su pareja le debe la vida, sueña con sacar de su cuerpo la silicona industrial y recuperar su salud. Se le mojan los ojos cuando habla de su padre quien le dio el último empujón antes de morir “ya está, creciste, maduraste, estas fuerte, me estoy yendo pero te dejo todo lo mejor” le dijo. Eligió su nombre al azar y años más tarde su mamá le contó que cuando decidieron adoptar, si era una hija mujer se iba a llamar igual. Piensa que hay que educar a los niños y luchar por una niñez sin estigmas ni discriminación, por una libre elección de género. No se casó por que su documento no la representa aun pero no descarta la posibilidad. Aunque se apruebe la ley asegura que la sociedad no va a cambiar todavía. A ella algo le faltaba pero ya encontró el sentido de su vida, la lucha por la igualdad y los derechos de todas y todos. Anhela poder decir algún día este es mi DNI.

A 35 años...