sábado, 30 de abril de 2011

Él y el universo

Fragmento de La Resistencia de Ernesto Sabato a propósito de su fallecimiento.

"...cuanto mejor es morir en la propia cama, rodeado de afecto, acompañado por las voces, los rostros y los objetos familiares, que en esas ambulancias que atraviesan como bólidos las calles para ingresar al moribundo en una sala esterilizada, en lugar de dejarlo en paz..."



Al enterarme que murió Ernesto Sabato me hice varias preguntas. Si debía escribir algo, si debía citar alguna de sus frases más reconocidas, si debía simplemente informar sobre su fallecimiento.
No pude responderme nada a cada cuestionamiento planteado.
Pensaba en mi infancia y lo que soñaba para mi adultes. Pensaba si soy valiente, si poseo el don de la autocrítica y si arriesgaría mi vida por defender mis ideas.
Hay personas o personajes que simplemente nacieron con un toque mágico, por eso cuando ya no están no sabemos si decir algo sobre ellos o no. Si será suficiente lo que podamos escribir, si será necesario, si estará a la altura o si todo será en vano.
En la escuela renegaba al empezar a leer un libro, aun lo hago, falta tanto para el final que la intriga me genera ansiedad. Y hoy pensaba en que tal vez es cierto eso de que los días de nuestras vidas son hojas de libros que pasan sin que lo notemos. Pues en nuestras manos, en nuestras ganas, voluntad, capacidad, humanidad, sensibilidad, valor y muchas otras cosas está la decisión de que lo escrito valga la pena. Sabato poseía muchas de esas virtudes por las que sus hojas de vida serán recordadas aun lejos de hoy en el tiempo.
Sigo sin saber que escribir sobre el hombre que ya no está físicamente aquí, pero que ha dejado sus hojas volando en el otoño para que quién así lo quiera, pueda leerlas. Aun no decido que escribir, como sería la mejor manera, creo que voy a desechar la idea.

lunes, 18 de abril de 2011

sábado, 9 de abril de 2011

"El león no tendría melena si se dejara esquilar"


A veces no alcanza con comer y beber para sentir en nuestro cuerpo buena salud y bienestar. Muchos aun no entienden de que se habla cuando se nombra el "alimento del alma". Él a diferencia de los convencionales representa una parte abstracta de nosotros, emociones, sensaciones y vibraciones que llegan para saciar nuestro apetito espiritual.
Gran parte de este alimento en mi cuerpo se completa con la música, proteína y vitamina pura para un organismo que no tiene filtro cuando de melodías deliciosas se trata.
Hace un par de noches en el Club Olimpo de Bahía Blanca dijo presente una banda de esas que no podes dejar de ver y oír, la que zamarrea el avispero de la sociedad con sus letras, la que agita las voces con sus notas que rebotan entre suaves y rasposas.
Resistencia Suburbana se subió el escenario para no bajarse más.
El público los espero con cánticos, aplausos y muchísima energía, de esa que se contagia sin preavisos. Hicieron un recorrido amplio de casi todos sus discos, el coro no cesó en la noche y las voces se hicieron himno en más de una oportunidad.
A continuación comparto la canción cuya letra le da título a este post: El León