Y si, me dormí. Todavía me da rabia no poder haber atendido el portero cuando pasadas las nueve de la mañana llegó el censista a mi casa. No tengo disculpas para conmigo, no quedé fuera del recuento, ya que lo hicieron por mi. Pero lo que me molesta es que me había preparado para observar los artículos obligatorios que debía portar la persona en cuestión, las preguntas que me haría y un montón de taradeces más que bueno, no pude hacer.La frase del día "y bueno esperá diez años y vuelve", formulada por quien respondió mi tan esperado cuestionario. Tiene razón, pero se robó mi censo por no gritar: ¡Llegó el censista!.
Que mal, asumo la culpa, no se trata de un robo, se trata de mi descuido, tenía ganas de censo y me desayuné una chocolatada (que estaba rica) pero no era lo ansiado para ese día.
Que mal, asumo la culpa, no se trata de un robo, se trata de mi descuido, tenía ganas de censo y me desayuné una chocolatada (que estaba rica) pero no era lo ansiado para ese día.
2 comentarios:
Muchos sentimos lo mismo, muchos nos quedamos dormidos y a muchos no nos gritaron para recibir a la gente del censo.
Yo no se si voy a estar viva dentro de 10 años [si pensamiento pesimista]
¿otra vez será? No lo sé.
Cris; Re pesimista, re realista. La próxima habría que hacerlo en dos día, ambas veces por la tarde, digo pensando en nosotros, los marginados dormilones!
Saludos!
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