jueves, 1 de julio de 2010

Con temor

El cielo está gris, lo veo a través de mí ventana. Y siento dolor, lo veo a través de mi piel. Alguien que quiero se siente mal, pero ¿Qué debo hacer?
Antes que nada recordarme inconcientemente que por lo general me mantengo lejos de ciertas personas, por que me han herido por intentar amarme. O eso quiero creer.
Y hoy lejos en el tiempo, y lejos en la distancia quisiera extender mi mano para proteger su herida, o para acariciar su hombro. Me asusta el riesgo, debo decirlo. El riesgo que corro al acercarme otra vez.
También pienso que no es de esas almas que se ignoran y nada más. Es de esas, por las que te preocupás, las que ocupan un espacio muy importante.
Pero ¿Qué hacer? otra vez la pregunta. Si acerco mi mano, tal vez me la muerda. Como un perro asustado que no sabe que es ayuda lo querés dar. No me la ha pedido, no se la he ofrecido. Pero adivino que la espera y justamente de mí.
Hace instantes oí su voz cansada. Y sospecho que mi día transcurrirá pensativo

4 comentarios:

Karu dijo...

Me gusto mucho tu blog, seguiré visitando. saludos!

Natys! dijo...

Karu, bueno gracias =P acá todo el mundo con ganas de leer es muy bienvenido! saludos!

Samy Goldstein dijo...

Gran dilema.... el deseo frente a la razon.
SI tenes ganas de dar un mano, hacelo sin pensar. Si pensas mucho, mejor quedarse con las manos dentro del bolsillo.
Este texto me hizo reflexionar que cuanto mas pasa el tiempo, ganamos experiencias y tambien miedos...

Un gran abrazo!

Natys! dijo...

Salmon ensabinado; ya está, di la mano y sigo teniendo todos los dedos ja, muuuuy positivo je!besos