En la noche caminaba sin saber por donde continuar. Cada paso la incertidumbre de la soledad que había olvidado. Cada palabra un vacío que no se llenaba.
Al abrir una puerta desconocida te vi. Nunca me miraste con ojos de esperanza. Nunca me dijiste más de tres palabras.
De entre los sonidos abrumadores de la madrugada oí. Rescaté una voz que me indicaba necedades. Y a pesar de la bufonada que nos rodeaba, supimos vernos entre luces.
Casualidades del tiempo incierto chocarme contra tu cuerpo. Que nervioso no me respondió ni una caricia. Hasta el alba desprendimos nuestros miedos.
Espumosas tardes nos siguieron. Risas de luna llena caminando en la avenida. Sentí ayer la sensación de no soltarme nunca.
Y el reloj me llevó lejos del norte. Y en la noche volví a andar como tratando de resolver problemas. Mañanas inciertas de extrañar inexistentes.
Detrás de mis oídos siempre se oyó el eco de tu lenguaje. Sabores amargos, sabores dulces, sabores innecesarios. Destierro y guerra en campo minado de vos.
Y amanecía entre colores extraños. Llanuras de idas llanuras de vueltas sin montañas al paso. Cada quien por su camino olvidando vernos entre luces.
Caí una vez más como repitiendo libreto. Me arrastré hacía mi puerta y dormí sin parar desconsolada. Una frescura otoñal golpeaba la ventana.
Entre las luces, la música y las risas, apareciste fantasma. Parado frente a mi con miedos y con dudas. Tu mano no quiso liberarme esa vez.
Caminando entre piedras, cruzando puentes. La magia se hizo esencia entre los lazos suaves.
No quise dejar de ver y levante un telón urgente. Corrí inmóvil por encontrar la butaca de la primera fila. Y se disolvió el temor en la primera línea.
Cuando finalmente abrí los ojos ya estabas acá. Insegura de mi misma volví a abrirlos sin cesar y siempre fuiste la primera imagen. El alba tiene ojos negros y piel de abrigo.
Cuando al final el camino es el mismo. El principio se puede ver más claramente. Las montañas altas aparecen en el horizonte para enseñarte a cruzarme.
Me aferro fuerte a lo que no he visto. Abrazo enorme con manos abiertas el calor que emanas. Traigo paraguas para las lluvias venideras y sol para más tarde.
Sonrisas por dos. Almohada para una en esta helada noche. Mañana sincronizo mi reloj para esperarte.
Soles color café vendrán a iluminar mis días. Senda incierta la que caminaremos juntos amor. Sueño con flores por que mientras vos estás cuidando mi piel.
Te vas a quedar cerca por que lejos no te encuentras. Me voy a quedar quieta por que corriendo me asusto. Nos quedaremos juntos andando a paso de suave brisa.
Al abrir una puerta desconocida te vi. Nunca me miraste con ojos de esperanza. Nunca me dijiste más de tres palabras.
De entre los sonidos abrumadores de la madrugada oí. Rescaté una voz que me indicaba necedades. Y a pesar de la bufonada que nos rodeaba, supimos vernos entre luces.
Casualidades del tiempo incierto chocarme contra tu cuerpo. Que nervioso no me respondió ni una caricia. Hasta el alba desprendimos nuestros miedos.
Espumosas tardes nos siguieron. Risas de luna llena caminando en la avenida. Sentí ayer la sensación de no soltarme nunca.
Y el reloj me llevó lejos del norte. Y en la noche volví a andar como tratando de resolver problemas. Mañanas inciertas de extrañar inexistentes.
Detrás de mis oídos siempre se oyó el eco de tu lenguaje. Sabores amargos, sabores dulces, sabores innecesarios. Destierro y guerra en campo minado de vos.
Y amanecía entre colores extraños. Llanuras de idas llanuras de vueltas sin montañas al paso. Cada quien por su camino olvidando vernos entre luces.
Caí una vez más como repitiendo libreto. Me arrastré hacía mi puerta y dormí sin parar desconsolada. Una frescura otoñal golpeaba la ventana.
Entre las luces, la música y las risas, apareciste fantasma. Parado frente a mi con miedos y con dudas. Tu mano no quiso liberarme esa vez.
Caminando entre piedras, cruzando puentes. La magia se hizo esencia entre los lazos suaves.
No quise dejar de ver y levante un telón urgente. Corrí inmóvil por encontrar la butaca de la primera fila. Y se disolvió el temor en la primera línea.
Cuando finalmente abrí los ojos ya estabas acá. Insegura de mi misma volví a abrirlos sin cesar y siempre fuiste la primera imagen. El alba tiene ojos negros y piel de abrigo.
Cuando al final el camino es el mismo. El principio se puede ver más claramente. Las montañas altas aparecen en el horizonte para enseñarte a cruzarme.
Me aferro fuerte a lo que no he visto. Abrazo enorme con manos abiertas el calor que emanas. Traigo paraguas para las lluvias venideras y sol para más tarde.
Sonrisas por dos. Almohada para una en esta helada noche. Mañana sincronizo mi reloj para esperarte.
Soles color café vendrán a iluminar mis días. Senda incierta la que caminaremos juntos amor. Sueño con flores por que mientras vos estás cuidando mi piel.
Te vas a quedar cerca por que lejos no te encuentras. Me voy a quedar quieta por que corriendo me asusto. Nos quedaremos juntos andando a paso de suave brisa.
3 comentarios:
hola, simplemente hola
Carbondecoke: yo no soy una persona sintética para decir las cosas que pienso, es más creo que soy lo contrario. Pero admiro a la gente que sabe lo que debe decir en el momento que debe decirlo. Besos!
Hay!!! Mis engranajes cerebrales están oxidados y les cuesta imaginar como hiciste para entrelazar tan bellas palabras y describir semejante situación! Dra. la felicito por el color que transmite con su movilidad dactilar en el teclado! Increíblemente delicioso!
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