miércoles, 16 de marzo de 2011

Belgrano: la película o ¿la política?




El cine es arte, el cine es entretenimiento, el cine es un negocio, el cine es un medio de comunicación, el cine es ¿campaña?
Bichi y yo fuimos al Parque de Mayo a mirar esta obra viajera que se presenta en pantalla gigante por todo el país, principalmente al aire libre y es de acceso gratuito. En colectivo nos trasladamos: reposeras y mate con bizcochos en mano. Pasando el arco de Córdoba y Alem pudimos ver como la parte técnica ya estaba lista y el público se acercaba para crear una sala de cine con salpicones de picnic para nada improvisado. Nada lentos pero con toda tranquilidad nos dispusimos a lo mismo. La tardecita tenía clima primaveral de atípica brisa suave y tarde calurosa que se apresuraba a culminar.
Hasta aquí nada aparentaba campaña, ni el público mostraba, aun, exaltado patriotismo típico de multitud enseguecida al ritmo de una canción pegadiza y una bandera flameando mágicamente.
Pero fue sólo hasta ahí.
Las pancartas de grupos militantes kirchneristas estaban presentes cuando llegamos lo que me dio cierto aroma a congregación pro gobierno de turno, más despejé mi mente con un inocente "vienen por la peli, es solo presencia", lamentablemente no fue así.




Una hora antes de la película comenzaron los videos muestra de las grandes obras realizadas por el matrimonio al poder, se recordó al compañero Néstor en un corto que te acercaba a las lágrimas. Cuando digo que esto no me gustó, no digo que esté mal, digo que pienso es desubicado, que no es el lugar, que la película es un anzuelo tentador del que también piqué y que me molestó una hora de campaña gratuita en el horario en que se suponía sería la proyección.
Esto sin contar que la presentadora del evento, a la cual no tengo el gusto de conocer, nos agradeció a los presentes en nombre de la hermana del desaparecido compañero, se refirió a Valeria Bertollucci como parte del elenco de actores y como disparate total que auspició de frutilla del postre agradeció a la provincia de Bahía Blanca.
Esta película ¿es anzuelo de una campaña política? Podría ser.
Sentada en medio de una multitud que aplaudía cada primer plano de los Kirchner, suspiraba con el primerísimo primer plano de los niños norteños que aparecieron junto a ancianos y trabajadores (no administrativos, ni bancarios, ni empresarios) que hablaron, me sentía extraña. Fui a ver una película ¿o un acto preelectoral? Canté el himno de pié y en un momento de distracción llegué a concluir que nosotros los 'argentos' estamos todos locos. La otra opción es que me equivoqué de evento.
Una cosa más, con el bolante se me fueron las dudas y los interrogantes.

4 comentarios:

Natys! dijo...

Me dijeron una vez que para 10 hay que perder 20, parece que para ganar una película hay que perder otras cositas.

lrealeinza dijo...

Increíble, tu nota. Ya no saben que artilugios utilizar para hacer política y vendernos sus ideas.

Natys! dijo...

Ljri: a veces algunos métodos dan vergüenza ajena. Lo importante es NO comprar cualquier cosa!
Besos!

Anónimo dijo...

Llegué a tu blog de casualidad. Después de tanto tiempo de la proyección, leo tu crónica, y veo un volante de la agrupación a la que pertenezco.

"Acto pre-electoralista", "campaña", etc. Todo tu discurso se impregna de una perspectiva antipolítica,básica.

Porque en principio el ascpeticismo que reclamás no existe, más allá de algunos relatos propios de la (desvalida) democracia liberal decimonónica.

Intervenir en espacios públicos, repartir un volante, levantar una bandera no se reduce a "un acto preelectoralista". Tiene que ver con un proceso complejo que viene
a poner lo político en el centro de la escena, resignificado, con la participación de miles de jóvenes en el país. Eso, más que para lamentar, es para alegrarse.

Y no, no hay "trampa", ni "cooptación", ni "engaño". La película, se planteaba claramente desde un lugar, era un proyecto gubernamental de recuperación de espacios de encuentros públicos y populares: nadie "vendía" una cosa por otra. Los cortos de Néstor, el himno, los volantes, se pueden tomar o no. Yo no sería tan despectivo con la gente. La gente sabe lo quiere y hacia dónde va. Sabe que acepta y que no. No hace falta bloggers iluminados que señalen lo que hay que hacer.

Saludos.

Leandro Beier (integrante del Colectivo K)